Directores de portales manifestaron su inconformidad por la disminución en sus pagos bajo el argumento de que tuvieron muchos gastos por el Aniversario de los 500 años de la Ciudad de Tlaxcala; Upet funge como dama de compañía
Luis Castillo
Si usted creía que la “vacilada” de Antonio Martínez Velázquez, respecto a que granjas de bots oriundos de la República de China son los culpables de las críticas a la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros y no la falta de resultados en prácticamente todos los rubros, pues permítame manifestarle que dicha justificación se quedó corta, pues ahora resulta que el funcionario lorenista ha incurrido en un doble lenguaje.
Y es que ahora resulta que el impoluto portavoz gubernamental, quien apenas hace unos días condenó “a los políticos y/o personajes que usan el dinero público como una herramienta para censurar el ejercicio periodístico e intervenir en la línea editorial de los medios de comunicación”, la dependencia que dirige hizo todo lo contrario, pues recientemente anunció a varios medios que el pago de su convenio publicitario del mes de octubre, llegaría con un descuento.
El motivo de esta disminución, fue que debido a los gastos excesivos que tuvieron en materia de difusión por los festejos de los 500 Años de la Fundación de la Ciudad de Tlaxcala, fueron excesivos y tenían que recuperarse, por lo que los directores o dueños de medios digitales, tendrían que acatar esa disminución, dejando entrever que, en caso de no estar de acuerdo, su convenio podría verse afectado.
Fue durante el reconocimiento a la trayectoria e influencia que tuvo el periodista tlaxcalteca Trinidad Sánchez Santos en medios de comunicación en México, donde el vocero gubernamental no tuvo empachos en criticar a quienes “utilizan el poder público para atentar contra la libertad y la democracia”
Desafortunadamente, no es la primera ocasión que el funcionario incurre en falsedades, pues desde que fue designado en dicho cargo, aseguró que lo público sería más público, entre ello, que transparentaría el manejo de los recursos públicos destinados a la publicidad gubernamental, donde cada mes, el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros despilfarra unos cuatro millones de pesos en convenios que solo ellos saben a dónde van a parar, pues la mayoría de ellos solo se entregan por favores políticos y no precisamente por cumplir con la función respectiva.
Incluso se atrevió a hablar de regular la publicidad oficial que se otorga a los medios de información en la entidad, a fin de evitar fortalecer la relación tóxica que prevalece entre instituciones públicas, gobiernos y poderes con los medios de comunicación.
Desafortunadamente, un ejemplo de esa relación tóxica, pareciera ser la que mantiene con el ahora presidente de la Unión de Periodistas del Estado de Tlaxcala (Upet), Martín Rodríguez Hernández, pues mientras fue candidato a dicho cargo, dicho reportero se desgarró sus vestiduras para exigir un respeto a la libertad de expresión en Tlaxcala y hasta denunció la injerencia de personas allegadas a la gobernadora para frenar su elección.
Tristemente, a unos meses, su figura se ha reducido a una “dama de compañía” del aparato gubernamental, incluso pasó en unas cuantas semanas de un discurso disruptivo que le sirvió de catapulta entre el gremio periodístico para hacerse de esa oposición, a convertirse en un simple aplaudidor de las ocurrencias de un portavoz que, de transparencia, no conoce lo más mínimo.
Y vaya que el papel de la Upet ha dejado mucho a que desear, al grado de que cada ocasión que ha existido una agresión contra periodistas, de su famoso presidente ya nada se sabe y tiene que ser bajo presión del gremio como pueda emitir tibios pronunciamientos a favor de los que juró defender, pero del seguimiento a las denuncias ya nada se sabe, pareciera que al igual que el gobierno, solo le apuesta al olvido y de la famosa oficina que presentó con bombos y platillos, de plano ya ni las moscas se aparecen en dicho lugar.
